Happy New Year! I have written this every time we’ve started a new liturgical year since I became responsible for a weekly column. This year’s liturgies were planned by the Church a long time ago, and every liturgical year is based on Easter. First, the Church sets the date of Easter (the first Sunday after the first full moon after the vernal equinox). Then, the important liturgical dates of the year all fall in line based on the date of Easter (Triduum, Ascension, Pentecost). Christmas is a time for celebration because the promise of salvation through the incarnation has begun, but it all hinges on the great message of the life, death, and resurrection of Jesus.
As we look back into this year, from a liturgical point of view, there are some highlights despite the challenges we have faced. We were able to celebrate and welcome two people into our community this past Easter weekend. We also have celebrated baptisms indoors with small groups and First Communions in the parking lots at St. James and Immaculate Conception. This past Sunday, we celebrated three baptisms and the Confirmation of 12 students. We have celebrated weddings and, sadly, have had funeral Masses for families of loved ones lost to this awful virus or from other conditions. As this Month of Remembrance comes to a close, and this liturgical year concludes, we entrust these beloved souls to the mercy of God. I never tire of saying that we need to remember our faith instructs us that for all those who have died, Jesus was sent for each of them, as if they were the only one who would need this grace. This is the love of God we proclaim in the good news of the Gospel.
We’ve experienced losses, to be sure. But we can give thanks for all the blessings we received this year. We have been blessed to be able to respond and to continue to reach out to those who need healing. Also, through Zoom, we conducted the Alpha series multiple times in English and in Spanish. Two weekends ago, we had a retreat day online, during which we had lunch delivered to 19 households. Using Google maps, we had pizza delivered to people in Salem, Lynn, Marblehead, Connecticut, the Dominican Republic, Argentina, and Spain (I volunteered to go to Spain for the delivery but could not book a flight in time)! We all ate at more or less the same time, and shared during the lunch. I am so grateful to the team who organized all this, and those who generously gave their time and resources to make it all happen.
We also had a wonderful evening of healing and praying for those who contacted us online.In addition, this past week, one our parishioners, Dr. Christine Williams, an area psychologist, along with one of her colleagues, hosted a discussion for our newly formed 20:30 Young Adult Community on how to confront the anxiety caused by this pandemic. Steven Antonio, our Director of Family Evangelization, organized the well-received event online. It was a wonderful event, and the two therapists talked about the symptoms of anxiety and more importantly some strategies to help negotiate these difficult times.
We are now setting our sights on how to best celebrate Advent and Christmas within the limitations due to COVID. Jesus Christ is Lord, in His infancy and in His life, death, and resurrection. It is our blessed task to remember and proclaim this, regardless of the times and conditions. So off we go to a new year, to proclaim this message once again.
Peace, Fr. Murray
¡Feliz año nuevo! He escrito esto todos los años al comenzar el nuevo año litúrgico desde que me hice responsable de una columna semanal. Este año fue planeado por la iglesia hace mucho tiempo y cada año litúrgico se basa en la Pascua. La Navidad es un momento de celebración porque ha comenzado la promesa de salvación a través de la encarnación, pero todo depende del gran mensaje de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Entonces, la iglesia primero establece el día de Pascua (el primer domingo después de la primera luna llena, después del equinoccio de primavera) y luego las fechas litúrgicas importantes del año, que coinciden en función de la fecha de Pascua. (Triduo, Ascensión, Pentecostés).
Al mirar hacia atrás en este año desde un punto de vista litúrgico, hay algunos puntos destacados a pesar de los desafíos que hemos enfrentado. Pudimos celebrar y dar la bienvenida a dos personas a nuestra comunidad el fin de semana de Pascua. También hemos celebrado bautismos en el interior con grupos pequeños, y Primeras Comuniones en el estacionamiento de St. James e Inmaculada Concepción. Este pasado domingo celebramos tres Bautismos y las Confirmaciones de diez alumnos. Hemos celebrado bodas y lamentablemente, hemos tenido misas funerarias para las familias de los que murieron por este terrible virus durante la pandemia y de los que murieron por otras enfermedades. Al cierre de este mes de la conmemoración y la conclusión del año litúrgico, los encomendamos a todos a la misericordia de Dios. No me canso de decir que debemos recordar que nuestra fe nos instruye en que, para todos los que han muerto, es como si Jesús fuera enviado por cada uno de ellos, como si cada uno fuera el único que necesitara esta gracia. Este es el amor de Dios que proclamamos en las buenas nuevas del Evangelio.
Al cambiar el año, podemos dar gracias por todas las bendiciones que recibimos en este año pasado. Hemos tenido la bendición de poder responder lo mejor posible y de continuar ayudando a aquellos que necesitan sanación. Además, a través de nuestra cuenta Zoom hemos realizado la serie Alpha en inglés y en español (dos veces). Hace dos fines de semana, tuvimos un retiro en el que nos entregaron el almuerzo a 19 hogares. Mediante el uso de mapas de Google, enviamos pizza a personas en Salem, Lynn, Marblehead, Connecticut, República Dominicana, Argentina y España. (Me ofrecí para ir a España para la entrega, pero no pude reservar un vuelo a tiempo). Todos comimos más o menos a la misma hora y compartimos durante el almuerzo. Estoy muy agradecido con los equipos que organizaron todo esto y con aquellos que generosamente dieron su tiempo y recursos para que todo sucediera. También tuvimos una noche maravillosa de sanación, orando por aquellos que nos contactaron en línea.
Además, la semana pasada, uno de nuestros feligreses, la Dra. Christine Williams, psicóloga que trabaja en Salem, junto con uno de sus colegas, fueron entrevistados en nuestro sitio web por Steve Antonio. El tema fue cómo enfrentar la ansiedad que genera esta pandemia. Fue un evento maravilloso y permitió a los dos terapeutas hablar sobre cuáles son los síntomas de la ansiedad y, lo que es más importante, algunas estrategias para ayudar a superar estos tiempos difíciles.
Ahora estamos configurando nuestros sitios tomando en cuenta cómo celebrar lo mejor posible la época navideña y el período previo al Adviento. Jesucristo es el Señor, en su infancia y en su vida, muerte y resurrección. Es nuestra bendita tarea recordar y proclamar esto, independientemente de los tiempos y condiciones. Así que vamos a un nuevo año, para proclamar una vez más este mensaje.
Paz, Padre Murray