Feligreses y amigos,
Hace varios años había un programa de televisión sobre casas renovadas en el que se invitaba a las personas a visitar sus antiguos hogares para que vieran lo que habían hecho los nuevos propietarios con ellas. Algunas de las renovaciones y redecoraciones fueron impresionantes, y los antiguos propietarios siempre se sorprendieron por las diferencias. En cada episodio, uno diría "¡Ni siquiera reconozco este lugar!" y también, "Nunca hubiera tomado estas decisiones". Era difícil para ellos ver que su antiguo hogar lucía tan diferente, incluso cuando los cambios habían mejorado significativamente sus antiguas casas.
A medida que nos acercamos a la Pascua y que las vacunas se van distribuyendo más ampliamente cada día, esperamos que se sienta ansioso por regresar a misa en casa, especialmente si no ha podido hacerlo durante el año pasado. Cuando venga, descubrirá que algunas cosas seguramente han cambiado. Nos hemos dedicado a reunirnos de la manera más segura posible durante el año pasado, de acuerdo con las pautas de la Arquidiócesis y de nuestro gobierno, en interiores y en nuestros estacionamientos, y hemos tenido que aprender cada vez mejores formas de ser hospitalarios y seguros, al mismo tiempo.
Hemos agregado nuevas formas de adorar, haciendo posible que todos accedan a la Santa Misa de cualquier manera que se sientan seguros. Ante la imposibilidad de que se reúnan los grupos y se celebren eventos en persona, aprovechamos para hacer mucha limpieza adentro y afuera. Usted verá que hemos tapizado algunos de nuestros espacios de la entrada y estamos pintando paredes. Hay dispensadores de desinfectante de manos en cada entrada de nuestras dos iglesias. Y lo mejor de todo, verá caras nuevas, personas que quizás no reconozca, que han llegado a sentirse como en casa en nuestra parroquia. Personas de toda el área se han unido a nosotros para la misa los fines de semana, y hemos tenido invitados de todo el mundo en nuestras misas y programas en línea.
Cuando usted regrese, su asiento favorito puede estar ocupado por algún nuevo feligrés o puede ser inaccesible debido al distanciamiento social. Pero estas son cosas buenas; son signos de nueva vida en la parroquia. El distanciamiento social es algo que nos permite reunirnos con seguridad, acercarnos a la mesa del Señor de una manera que muestre preocupación por nosotros mismos y por los demás. Y, por supuesto, la presencia de personas nuevas quiere decir que estamos haciendo algo bien, que estamos compartiendo las Buenas Nuevas de Cristo a más y más personas que necesitan escucharlas.
Estoy muy orgulloso del personal y los líderes de nuestra parroquia por haber estado dispuestos y ser capaces de ajustarse y adaptarse según sea necesario, a veces en el día a día. Han estado muy dedicados a esta parroquia y a la misión de Dios para nosotros, y han trabajado tan duro para dar la bienvenida a todos, en persona y en línea. Estoy muy orgulloso de nuestros feligreses que nunca han dejado de orar por esta parroquia y de compartir su fe en los días más oscuros.
Estoy muy agradecido por nuestros colaboradores financieros que hicieron los cambios necesarios para poder donar en línea y que han sido tan generosos, permitiéndonos hacer las mejoras y reparaciones necesarias en estas viejas casas de Dios.
¡No podemos esperar a que usted regrese a nuestras iglesias nuevamente! ¡Esperamos que le encante lo que Dios ha hecho con el lugar mientras usted estuvo fuera!