Wisdom and compassion are two of the fruits of the Holy Spirit. We saw this in last weekend’s Gospel reading of the Prodigal Son. Here we are again, in another context, seeing the compassionate wisdom of Jesus as he forgives the woman (who committed adultery), but also calls out the hypocrisy of the judging crowd.
The most glaring omission for me is that the man caught with the woman is not part of the judgment. I have often wondered if he was in the crowd that day. Was he going to throw a rock too? (This was one of the awful, violent ways the Mosaic Law brought justice; so, we can understand why Jesus was prepared to stop it.) The writing in the sand has been discussed and argued for ages. My favorite conjecture is that he wrote the sins of the accusers in the sand along with the women’s and then erased them all. The slow dissolution of the crowd reminds us, to be cautious of the desire to judge others. If we look at ourselves as people who also need the saving love of God, it will be nearly impossible to get caught up looking to drag others out to be judged by Jesus. That is not to say it doesn’t happen in love. (More than once my mother or father announced on a Saturday that I was going to confession. It is a holy and terrible thing when the priest knows your voice from behind the screen and also recognizes your Mom’s stage whisper. “It’s your turn, get in there and don’t forget...”).
The final scene in the Gospel is powerful. God does not condemn us, but like the woman caught in this sin, urges us to stop bad behavior. One of the destructive things we can do to ourselves is persist in our sin and the admonition to do this no more is a gentle reminder to all of us. If you have seen the movie, The Passion of the Christ, this scene is beautifully depicted by the humility of the woman as she reaches out to touch the foot of Jesus. He looks at her with great compassion and I believe it is the same for all of us sinners as we approach confession.
At the heart of the paschal mystery, we are told that Jesus loves us enough to die for us as if we were the only person who needed His sacrifice. However, today, we are reminded that Jesus meant it for all of us, and perhaps the neediest of the entirety of the love of God in Jesus Christ. It is a privilege to be a witness to those moments when people return who have been away for whatever reason.
Peace, Fr. Murray
This week, we continue to report a generous response to the Catholic Appeal. The Appeal is now at $14,902 (47% of our goal).
Building news: As we head into the spring season, we can thank God that there were no serious heating issues in the churches or halls this winter. I am also pleased that we have begun to use some of the bequest money to address the issues that exist around the bell support. There has been deterioration of the iron support beam and some cracking in the tower wall interior. This will be addressed this spring. There is also some deterioration in the columns in the basement of the rectory and significant spalling of the walls. This will also have to be addressed soon. In addition, we have had an electrician in to help with some emergency lighting units as well.a sabiduría y la compasión son dos de los frutos del Espíritu Santo. Vimos esto en la lectura del Evangelio de la semana pasada acerca del Hijo Pródigo y aquí estamos de nuevo en otro contexto viendo la sabiduría compasiva de Jesús cuando perdona a la mujer, pero también denuncia la hipocresía de la multitud que juzga. La omisión más evidente para mí es que el hombre atrapado con la mujer no es parte de la escena del juicio. A menudo me he preguntado si él estaba entre la multitud ese día. ¿Él también iba a tirar una piedra? Por cierto, esta fue una de las terribles formas violentas en que la Ley Mosaica hacía justicia, por lo que podemos entender que Jesús estaba preparado para detenerla.
La escritura en la arena ha sido discutida y discutida durante siglos. Mi conjetura favorita es que Él escribió los pecados de los acusadores en la arena junto con los de la mujer y luego los borraron todos. La lenta disolución de la multitud nos recuerda, creo, que debemos ser cautelosos con el deseo de juzgar a los demás. Si nos miramos a nosotros mismos como personas que también necesitan el amor salvador de Dios, será casi imposible quedar atrapado buscando arrastrar a otros para ser juzgados por Jesús (Eso no quiere decir que no sucede en el amor. Más de una vez mi madre o mi padre me anunció en un sábado que me tenía que confesar. Es una cosa santa y terrible cuando el sacerdote reconoce tu voz detrás de la malla y también reconoce el susurro de tu mamá en el escenario: "Te toca a ti, entra y no te olvides...").
La escena final es poderosa, Dios no nos condena, pero vemos como a la mujer atrapada en este pecado, se le insta a detener este comportamiento. Una de las cosas destructivas que podemos hacernos a nosotros mismos es persistir en nuestro pecado, por lo que la advertencia de no hacerlo más es un amable recordatorio para todos nosotros. Si has visto la película, La Pasión de Cristo, esta escena está bellamente representada por la humildad de la mujer cuando se acerca para tocar el pie de Jesús. Él la mira con gran compasión y creo que es lo mismo para todos nosotros, pecadores, cuando nos acercamos a la confesión.
En el corazón del misterio pascual se nos dice que Jesús nos ama lo suficiente como para morir por nosotros, como si fuéramos los únicos que necesitarían esto. Hoy se nos recuerda en esta escena que Jesús lo quiso para todos nosotros y quizás para los más necesitados de la totalidad del amor de Dios en Jesucristo. Es un privilegio que siento al ser testigo de esos momentos en los que regresan personas que han estado fuera por el motivo que sea.
Paz, Padre Murray
Esta semana continuamos reportando una generosa respuesta a la Campaña Católica de Apelación, que está ahora en marcha.
Noticias de construcción: A medida que nos acercamos a la temporada de primavera, podemos agradecer a Dios que no hubo problemas serios de calefacción en las iglesias o salones este invierno. También me complace que hayamos comenzado a utilizar parte del dinero del legado para abordar los problemas que existen en torno a los soportes de la campana. Ha habido deterioro de la viga de soporte de hierro y algunas grietas en el interior de la pared de la torre. Esto se abordará esta primavera. También hay cierto deterioro en las columnas del sótano de la rectoría y un importante desconchado de las paredes. Esto tendrá que ser abordado pronto, sin duda. Además, hemos tenido un electricista para ayudar con algunas unidades de iluminación de emergencia.