I want to thank all the staff and volunteers who were part of the Masses and events during the Advent and Christmas seasons. Our beautiful liturgies are always a result of many people bringing their time, talent, and treasure and putting them at the foot of the Lord. From the decorating committee to the Alpha and healing teams, and all those quietly working behind the scenes, thank you so much.
This week, we close the Christmas season with the celebration of the baptism of Jesus. The baptism of Jesus is much like the baptisms we celebrate today. There is a minister, water, and the Holy Spirit. It is not as direct as the scene in this weekend’s Gospel, but it is the same message: We are God’s beloved with whom He is well pleased. This is symbolized today through the anointing with the chrism oil, the baptism garment, and giving of the baptism candle that is lit by the light of the Easter candle. Through baptism we are welcomed into the community of believers of the Church.
Sometimes the sacrament of baptism reminds me of the story of the prodigal son—particularly when someone comes into the Church as an adult. It matters not where people have been or what they have done. Baptism washes away all sin and the person is welcomed and made part of the community of the Church. The symbols we use at baptism are parallel to what the prodigal son received. In returning he was welcomed by his father. He was given a ring and new shoes and a new coat. These were the marks of belonging to his family and they were offered anew to him.
Baptism can happen at any time. Even during the pandemic, we have been baptizing children and adults, and I believe it is a recognition that the love of God continues to be felt and that parents and adults of all ages and backgrounds sense they are being called into a relationship with Jesus through the Church.
All the bulletins for December through the first of January were written very early so I want to acknowledge a few people and events that happened this Christmas season. I want to say thank you to Bonnie Henry and her team for the work on the Christmas with the Chosen: The Messenger movie night. This is a good example of how we can use our local media and businesses to evangelize.
Thank you also to all who graciously left a coat at the manger on Christmas. These coats (hats and gloves too!) that were left have been donated to our partners at Lifebridge, to help care for the homeless and those in need this time of year. I know it was a true sacrifice for some, and I hope the deep satisfaction of knowing you have helped someone who cannot pay you back, as Jesus challenges us to do, will be instrumental in the development of your radical generosity. Thanks to Laura Meisenhelter for the idea. Thank you also to those who donated gift cards for the St. Vincent de Paul Society’s critical efforts to help the poor among us.
Best wishes for a blessed and happy new year. Peace, Fr. Murray Quiero comenzar agradeciendo a todo el personal y a los voluntarios que han sido parte de los eventos durante las temporadas de Adviento y Navidad. Nuestras bellas liturgias son siempre el resultado de que muchas personas traen su propio tiempo, talento y tesoro y los ponen a los pies del Señor. Desde el comité de decoración hasta el Alfa y los equipos de sanación y todos los que trabajan silenciosamente detrás de escena, ¡muchas gracias!
Esta semana cerramos la temporada navideña con la celebración del bautismo de Jesús. El bautismo de Jesús se parece mucho a los bautismos que celebramos hoy en día. Hay un ministro, el agua y el Espíritu Santo. No es tan directo como en la escena del Evangelio de este fin de semana, pero es el mismo mensaje: Somos los amados de Dios, con quienes Él está muy complacido. Simbolizamos eso actualmente mediante la unción del recién bautizado, el Aceite Crismal, la ropa blanca del bautizado y finalmente con el cirio de Pascua compartido con el recién bautizado mientras recibe una vela de bautismo.
Somos bienvenidos a la comunidad de creyentes de la iglesia. A veces, el sacramento del bautismo me recuerda la historia del hijo pródigo, especialmente cuando alguien entra a la iglesia como un adulto. No importa dónde han estado las personas o qué han hecho, el Bautismo lava todo pecado y la persona es bienvenida y forma parte de la comunidad de la iglesia. Los símbolos que usamos en el bautismo son paralelos a lo que recibe el hijo. Al regresar, el padre lo recibió con un anillo, zapatos y abrigo nuevos. Estas eran las marcas de pertenencia a su familia y se le ofrecieron nuevamente. Incluso durante la pandemia, hemos estado bautizando a niños y adultos; y creo que es un reconocimiento de que el amor de Dios sigue sintiéndose y hace que los padres y adultos de todas las edades y procedencias sientan que están siendo llamados a una relación con Jesús a través de la iglesia.
Todos los boletines de diciembre se escribieron muy temprano y también los primeros boletines de enero. Quiero agradecer a Bonnie Henry y su equipo por el trabajo en la experiencia de Messenger película, un buen ejemplo de cómo podemos usar nuestros medios de comunicación y negocios locales para evangelizar. Gracias también a todos los que amablemente dejaron un abrigo en el pesebre en Navidad. Estos abrigos (¡gorros y guantes también!) que fueron regalados por ustedes han sido donados a nuestros socios en Lifebridge para ayudar a cuidar a las personas sin hogar y a aquellos que necesitan una mano en este momento del año. Sé que fue un verdadero sacrificio para algunos y espero que esa profunda satisfacción de saber que han ayudado a alguien que no pueden retornarles algo a cambio, como Jesús nos desafía a hacer, será fundamental para el desarrollo de su radical generosidad. Gracias a Laura Meisenhelter por esta idea. Gracias también a quienes donaron tarjetas de regalos para los esfuerzos de la Sociedad de San Vicente de Paúl.
Son una contribución fundamental para este grupo de personas que ayudan a los pobres entre nosotros. Mis mejores deseos por un feliz y bendecido año nuevo. Paz, Padre Murray