Happy New Year! As the civil new year begins, the Church continues our Christmas season celebrations and this week we have the Feast of the Epiphany (aka the Feast of the Three Kings or the Feast of Magi). It is one of my favorite feasts during the Christmas season. Long ago, in my home parish, I played the role of one of the Magi with great fervor. I had on my father’s blue bathrobe for a mysterious magi effect. In front of the whole church and as part of the procession, I approached the crèche scene with Jesus and Mary and Joseph and presented my gift--a box decorated with gold foil and filled with chocolate coins also wrapped in gold. The true miracle was that some of the chocolate coins were still there when I reached the end of the aisle to present them to the baby Jesus.
Today we celebrate the recognition that God’s love is universal, attractive across time and cultures, and that the wisdom of God surpasses even the best of human wisdom. This feast helps us to recognize that even in the study of the stars, all of creation is directed to –and filled with –the presence of God. (I remember reading that a great scientist, having discovered some important insight about the human body simply muttered, “That’s how He did it!”)The wise men were seekers of something beyond themselves. They saw in nature –in the stars –a message that led them to Jesus. We can be reminded that whatever gifts we bring to Jesus can be used by Him and for us.
Each of the gifts of the magi are a prophecy about Jesus and his future, and in some ways are a prophecy for us. We, too, are called as disciples of Jesus to bring the very best of ourselves, to look at the world and see that it is a creation of God filled with goodness and possibility. Our call this weekend is to remember that whatever messages we hear from around the world, on television, the internet and social and print media, the call of God is always before us, and we can respond and have the privilege and the joy to know that we are seeking God and He is seeking us.
Finally, we can say that if we really come close to Jesus –through prayer, the sacraments, and growing as disciples –we can sense God’s voice and presence inviting us to go home by another way. It might make some people upset that we have changed course, but if God chooses us, he chooses us to glorify Him and us. If I were a better writer, I might imagine a novel in which this decision of the wise men helps to change them first from the inside out and then changed all the people to whom they spoke on the way home, and for the rest of their lives.
The gift of the incarnation is one that has changed the path of the whole world and we are witnesses to this. This past Advent we heard a lot about the second coming and the need to get ready and to be clear-eyed about what will or could happen. As we transition next week to the public appearances of Jesus and into ordinary time, our work continues. We are called to invite others to seek Jesus and then go home on the path of faith.
Peace, Fr. Murray
Building news: We have been working to install a new serving area and storage space in the lower church at IC. I hope that this makes it convenient to offer programs and store supplies that will be safe from mice, but accessible to the groups that use the space. Thanks again to the Disciples of Salem Knights of Columbus, who have worked so hard on this project. ¡Feliz Año Nuevo! A medida que comienza el año nuevo civil, continúan las celebraciones de la temporada navideña y esta semana tenemos la Fiesta de los Reyes Magos o la Fiesta de los Magos. Es una de mis favoritas durante la temporada navideña. Hace mucho tiempo, en mi parroquia de origen, desempeñé con gran fervor el papel de uno de los magos. Frente a toda la iglesia y como parte de la procesión, me acerqué al pesebre con Jesús, María y José y presenté mi regalo: una caja decorada con papel de aluminio dorado y llena de monedas de chocolate también envueltas en dorado. El milagro fue que la caja todavía tenía algunas de las monedas incluso después de que me quedé solo con ella cuando se ofreció la presentación del incienso y la mirra. Me puse la bata de baño azul de mi padre para un efecto mágico misterioso. Lo que celebramos hoy es el reconocimiento de que el amor de Dios es universal, atractivo a través del tiempo y las culturas, y que la sabiduría de Dios sobrepasa incluso lo mejor de la sabiduría humana.
Esta fiesta nos ayuda a reconocer que inclusive en el estudio de las estrellas, toda la creación está dirigida y llena de la presencia de Dios. (Recuerdo haber leído que un gran científico, quien había descubierto una idea importante sobre el cuerpo humano, simplemente murmuró: "Así es como lo hizo"). Los sabios buscaban algo más allá de ellos mismos. Vieron en la naturaleza, en las estrellas, un mensaje que los condujo a Jesús. Esta escena también es un mensaje de que los dones que le traemos a Jesús pueden ser usados por él y para nosotros. Cada uno de los dones es una profecía sobre Jesús y su futuro y, de alguna manera, es una profecía para nosotros. Nosotros también somos llamados como discípulos de Jesús a traer lo mejor de nosotros mismos, a mirar el mundo y ver que es una creación de Dios llena de bondad y posibilidad. Nuestro llamado este fin de semana es recordar que cualquier mensaje de alrededor del mundo que escuchemos, sea en la televisión, Internet o los medios sociales e impresos, el llamado de Dios está siempre ante nosotros, y podemos responder, y tener el privilegio y el gozo de saber que estamos buscando a Dios y Él nos está buscando a nosotros.
Podemos decir que, si realmente nos acercamos a Jesús, a través de la oración, de los sacramentos y creciendo como discípulos, nos vamos a dar cuenta de que podemos sentir la voz y la presencia de Dios invitándonos a volver a casa por otro camino. A algunas personas les puede molestar que hayamos cambiado de rumbo, pero si Dios nos elige, nos elige para glorificarnos a Él y a nosotros. Si fuera mejor escritor, podría imaginarme una novela en la que esta decisión de los sabios ayude a cambiarlos primero de adentro hacia afuera y luego cambiar a todas las personas con las que hablaron en el camino a casa y por el resto de sus vidas.
Finalmente, el don de la encarnación es un don que ha cambiado el camino del mundo entero y nosotros mismos somos testigos de ello. Este Adviento pasado escuchamos mucho acerca de la segunda venida y la necesidad de estar preparados y tener los ojos abiertos ante lo que sucederá o podría suceder. Mientras hacemos la transición la próxima semana a la aparición pública de Jesús y al tiempo ordinario, nuestro trabajo continúa. Estamos llamados a invitar a otros a buscar a Jesús y luego regresar a casa por el camino de la fe.
Paz, Padre Murray
Noticias del edificio: Hemos instalado una nueva área de servicio y espacio de almacenamiento en la iglesia inferior en IC. Espero que esto nos resulte conveniente para ofrecer programas y un lugar que esté a salvo de los ratones para almacenar productos secos y que sea accesible para los grupos que usen el espacio. Gracias nuevamente a los Caballeros que fueron parte de este proyecto.