This is the fourth in a series discussing the vision of the parish. In the past weeks I have written about the way we do catechesis (faith formation) and liturgy, and now I want to outline how we, as pastor and parishioners, can best serve those visions. When I arrived here (four years ago, August 2017), there was already a great sense of evangelization through the Alpha program. Alpha has been an important vehicle of evangelization and allows people to consider membership in the Church. Alpha has given us a number of new members. For example, this past month we celebrated the baptism of the daughter of one of our newest members, and we can see that the Holy Spirit continues to work in his family and others. Others have decided to have their marriages blessed by the Church or have received healing through the process of annulment, because they feel called to a deeper participation in the Church. Others have had their faith re-invigorated and have taken on new roles in the life of the parish.
We have also increased the number of ministries in which people can participate. I am particularly pleased by those in the parking lot ministry and those who are serving as greeters at the doors of our churches. Some people are (reasonably) still reluctant to come inside, and they still need to be welcomed and served. Of course, those inside need to be cared for too and that is everyone’s job. Simple ministries of welcome are essential to growing the church. The Alpha program invites people to connect with others and to ask questions, offers an opportunity to dialogue with peers, and help all to discover or rediscover a relationship with Jesus. It is also a great way to introduce our faith and parish to outsiders. The genius of the program is that it allows the guests to consider for themselves if they want to keep going after the program is finished. Our Beta groups give people opportunities to do just that.
My vision is that each person experiences Jesus in these ministries, and in turn invites someone in their family or among their friends to come along and see too. I hope that by offering these opportunities consistently, and by constantly striving to improve, we can invite hundreds of people to come to faith in Jesus Christ. This is always our purpose. There are other programs and ways to do this to be sure, but we have landed on this one, and hope that it will continue to help the parish grow.
Lately, I have heard several times that our parish has a reputation for being very welcoming. I could not be more pleased to hear that. And all of us should be proud that we are getting a reputation that is more in imitation of Jesus than ever. It is our purpose to be proclaimers of the Good News of Jesus Christ to all the world. The other part of our parish self-understanding and calling is to the ministry of healing. I will write about that part of the vision next week. Have a good week.
Peace, Fr. Murray
Building news: The tower work continues at St. James, and soon we will begin the process of having the bell repaired at IC. This past week, roofers came to make the bell more accessible for the repair company. It was dangerous to climb through the roof hatch (it was installed backwards) and so they modified it for safety. The kitchen at St. James is also updated with a new fire suppression system, in case I am let near the stove to cook something. We have added a new industrial refrigerator and put in a new gas line for the stove. The koi pond is back in operation at IC and we welcomed new fish. (Thanks Lou!) Este es el cuarto envío de una serie que discute la visión de la parroquia. En el pasado, he hablado sobre la forma en que hacemos la catequesis y la liturgia. Ahora quiero resumir cómo nosotros, como párrocos y feligreses, podemos servir mejor a esas visiones. Cuando llegué aquí (hace 4 años, el 1 de agosto) ya había un gran sentido de evangelización a través del programa Alpha. Este programa ha sido un vehículo importante de evangelización y ha permitido que las personas consideren ser miembros de la iglesia. Gracias a Alpha hemos anexado varios nuevos feligreses a la comunidad. Por ejemplo, el mes pasado celebramos el bautismo del hijo de uno de nuestros miembros más recientes y podemos ver que el Espíritu Santo continúa obrando en su familia y en otros. Algunos han decidido que sus matrimonios sean bendecidos por la iglesia y otros están trabajando en anulaciones para participar más regularmente en la vida de la iglesia. Otros han revitalizado su fe y han asumido nuevos roles en la vida de la parroquia.
También hemos aumentado el número de ministerios en los que la gente puede participar. (Estoy particularmente complacido por aquellos en el ministerio del estacionamiento y aquellos que están sirviendo como recepcionistas en la puerta. La pandemia nos ha hecho conscientes de que algunas personas todavía se resisten a entrar, por lo tanto, necesitan ser bienvenidos, atendidos y cuidados. Poco a poco nos estamos abriendo camino hacia la iglesia) Los ministerios simples de bienvenida son esenciales para el crecimiento de la iglesia. El programa Alpha invita a adultos y personas de todas las edades, en sus grupos apropiados, para hacer preguntas, dialogar con sus compañeros y ayudar a todos a redescubrir una relación con Jesús. También es una excelente manera de presentar nuestra fe y parroquia a los forasteros. La genialidad del programa es que permite a los invitados considerar por sí mismos si quieren continuar una vez finalizado el programa, y les da una oportunidad a través de los grupos Beta para hacer precisamente eso.
Mi visión es que cada persona experimente a Jesús en este programa y, a su vez, invite a alguien de su familia o de sus amigos a que venga y lo viva también. Espero que al hacer esto de manera consistente y esforzándonos constantemente por mejorarlo, podamos invitar a cientos de personas a alcanzar la fe en Jesucristo. Este es siempre nuestro propósito. Hay otros programas, sin duda, pero hemos aterrizado en este y esperamos que continúe ayudando a la parroquia a crecer.
Últimamente he escuchado varias veces que nuestra parroquia tiene la reputación de ser muy acogedora. No podría estar más complacido de escuchar eso. Y todos deberíamos estar orgullosos de tener una reputación que imita a Jesús más que nunca. Nuestro propósito es ser proclamadores de la Buena Nueva de Jesucristo a todo el mundo. La otra parte de la autocomprensión y el llamado de nuestra parroquia es la sanación. Escribiré sobre esa parte de la visión la próxima semana. Que tengan una buena semana.
Paz, Padre Murray
Noticias de los edificios. El trabajo de la torre continúa y ahora estamos a punto de reparar la campana en IC. La semana pasada, los techadores vinieron para hacer que la campana fuera más accesible para la empresa de reparaciones. Era peligroso trepar por la trampilla del techo, ya que estaba instalada al revés, por lo que la modificaron por seguridad. La cocina de St. James también se actualizó con un nuevo sistema de extinción de incendios en el caso de que me dejen cerca de la estufa para cocinar algo. Hemos agregado un nuevo refrigerador industrial y hemos instalado una nueva línea de gas para la estufa. El estanque de Koi está de vuelta y le dimos la bienvenida a nuevos peces. (Gracias Lou)