This Easter season reminds us that the power of the Holy Spirit operates in us and among us. It is easy to fall into the danger of taking ourselves so seriously that we forget to leave room for the action and direction of the Holy Spirit. The amazing scenes of Jesus’ appearances to various people after His death in our Gospel readings these weeks remind us that we are called to give testimony to the real person of Jesus.
I’ve always wondered about what Jesus looked like in the resurrection. From the first appearance to His ascension, we see that He was with the Apostles.At their first meeting, because He was so changed, Jesus needed to convince them that it was really Him, by eating and drinking and by showing His wounds and scars.In our own time, I think that we will have scars too. We bear the scars of the scandals and leadership failures in the Church. Sometimes our scars will be unseen, even while they are deeply felt; scars of being rejected for believing, or the sadness of losing connection to the churches, traditions, and practices of our childhoods.
But even with our scars, we are still the mysterious body of Christ (one, holy, catholic and apostolic Church). We are still called to eat and drink with Jesus and His disciples (look in the mirror to find one) at the Mass. Then too, like the first disciples, we are called to carry the message to the world. We can start at the kitchen table or the house next door, or with anyone we meet. God’s plan is for everyone to know how much they are loved. Instead of shouting down from heaven, God wants us to gather and share with one another Jesus’ message and love.
I find hope for the future because I know that in the end God always triumphs. It’s a good question to ask: Why did Jesus appear after His death? It seems to me that it was important for the disciples to see Him so they could begin to believe and put together all the lessons He taught. Jesus finishes His earthly human-and-divine life and then ascends to the eternal life of offering salvation to us all. We have been honored by God to receive a share in the human task and to share the message of salvation. We also have been given the tools to accomplish it: the Holy Spirit, the sacraments, the Bible, and each other. All we have to do now is to be witnesses.
Peace, Fr. Murray
Building News: We have now completed the repair painting of the upper churches at both St. James and IC. We also will be installing a new fire suppression hood in the kitchen at St. James. We’re taking advantage of this time when so few people are able to be indoors, to get this work done. We also are working on setting up a space for recording videos and podcasts, thanks as always to generous benefactors.
Esta temporada de Pascua nos recuerda que es importante tener presente el poder del Espíritu Santo que opera en nosotros y entre nosotros. A veces pienso que podemos caer en el peligro de tomarnos a nosotros mismos tan en serio que, nos olvidamos de dejar espacio para la acción y la dirección del Espíritu Santo. Las asombrosas escenas de las apariciones de Jesús nos recuerdan que somos personas llamadas a dar testimonio ante una persona real en Jesús.
Para mí, el misterio siempre ha sido cómo se veía Jesús en la resurrección. Desde la primera aparición hasta la Ascensión, vemos que estaba con los Apóstoles, pero tan cambiado que necesitaba convencerlos comiendo y bebiendo y mostrando las cicatrices que tenía.
En nuestro propio tiempo, creo que también tendremos cicatrices. Son las cicatrices de los escándalos y el abandono de las parroquias y de la iglesia. A veces serán cicatrices invisibles, pero que las sentimos al ser rechazados por creer o por la tristeza de perder parte de nuestras prácticas. A pesar de estas posibilidades, espero que la gente vea que todavía somos el cuerpo místico de Cristo. (La Iglesia, Santa, Una, Católica y Apostólica) Esto significa que estamos llamados a comer y beber con Jesús y sus discípulos (mírate en el espejo para encontrar a un discípulo) en el contexto de la Misa. Luego, como los primeros discípulos, estamos llamados a llevar el mensaje al mundo.
Podemos empezar aquí en la mesa de la cocina o en la casa de al lado o en cualquier persona que encontremos cuando tengamos la oportunidad. ¿Pero por qué? El plan de Dios es que todos sepamos cuánto nos ama y, en vez de que Él lo grite desde el cielo, parece pensar que al reunirnos y compartir lo que ha sucedido, de una manera que podamos escucharlo y repetirlo, recibimos realmente el mensaje. Siempre tengo esperanzas porque sé que al final Dios triunfará.Esto siempre será una interrogante, ¿Por qué apareció Jesús después de su muerte? Obviamente, era importante que los discípulos lo vieran y luego comenzaran a creer y a juntar todas las lecciones que Él enseñó. Jesús termina su tarea humana terrenal / Dios y luego asciende a la tarea Dios / Salvador.
Dios nos ha honrado al darnos una participación en la tarea humana de compartir el mensaje localmente. También se nos han dado los medios para lograrlo, es decir, el Espíritu Santo, los sacramentos y la Biblia. Todo lo que tenemos que hacer ahora es ser testigos.
Paz, Padre Murray
Noticias de los edificios: Ahora hemos completado la pintura de reparación de las iglesias superiores tanto en St. James como en IC. También instalaremos una nueva campana de extinción de incendios en la cocina de St. James. Ha sido un buen momento para hacer el trabajo con pocos inconvenientes para los grupos y pronto esperamos poder dar la bienvenida a todos. También estamos trabajando para organizar un lugar para albergar un podcast con algunos de los equipos que se nos han entregado. Gracias, como siempre, a los generosos benefactores.