Last week, we announced we have been asked to take part in a national survey concerning spiritual growth and discipleship. The Disciple Maker Index is now available on our website and can be accessed by going to www.mqoa.org/lent. The purpose of the survey is to help us understand at what level our parishioners and guests consider themselves to be disciples of Jesus. In addition, the survey will help us to better know how to support their (your) journeys to a closer relationship with Jesus. Father James Mallon, in his new book, Beyond the Parish, seeks to show how the principles he used in his parish in Nova Scotia helped people become missionary disciples of Jesus. He describes a missionary disciple using these criteria:
•A missionary disciple has a personal relationship with Jesus.
•A missionary disciple can share their faith and share what God has done in their life with others.
•A missionary disciple is open to the gifts of the Holy Spirit.
•A missionary disciple has a knowledge and love of the Scriptures. (Fr. Mallon says that a missionary disciple does not have to have a theology degree from a university, nor do they have to sign up for every Bible study class. In his experience, however, when people come alive in their faith, the Word of God comes alive as well. This kind of person is growing in their knowledge and love of Scripture.)
•A missionary disciple knows basic Catholic theology. (He describes a man that he met who had not attended church in over thirty years. Within weeks of his conversion in Alpha, he started reading the Catechism. This man had never read a book in his life, and within months he read the entire Catechism! When people fall in love with Jesus, they demonstrate a hunger to get to know Him and the richness of our Catholic faith. They thirst for knowledge of and encounter with Him.)
•A missionary disciple is working toward a daily prayer life.
•A missionary disciple experiences real Christian community. (Fr. Mallon specifically means someone involved in a small group of some kind. The task of parish renewal has been described as getting people to move from sitting in rows to sitting in circles, so they can experience real Christian community, where they are accountable to and for one another.)
•A missionary disciple demonstrates a commitment to receiving the Eucharist weekly.
•A missionary disciple receives the Sacrament of Reconciliation with some regularity.
•A missionary disciple can pray spontaneously out loud when asked without having a heart attack.
•A missionary disciple sees their life as a mission field. (They see their everyday life—among their coworkers, friends, family, and colleagues—as their mission field.
•A missionary disciple serves in some capacity within or outside the parish according to their gifts.
I found this to be a challenging and inspiring list. I hope that as you take the DMI survey, you might find challenge and inspiration in what it is asking, and set a course for growth for the rest of Lent and into the future, as we continue to grow disciples.
Peace, Fr. MurrayComo anunciamos al comienzo de la Cuaresma, se nos ha pedido que seamos parte de una encuesta nacional sobre el crecimiento espiritual y el discipulado. El Disciple Maker Indexestá ahora en la web en nuestro sitio y se puede acceder a él en www.mqoa.org. Están tratando de ayudar a la iglesia, y a nosotros, a comprender a qué nivel se consideran discípulos de Jesús. Además, están tratando de ver cómo las parroquias están apoyando ese viaje hacia una relación más cercana con Jesús a través de la iglesia. El Padre James Mallon en su nuevo libro, “Más allá de la parroquia” busca mostrar cómo los principios que usó en su parroquia ayudaron a desarrollar discípulos misioneros de Jesús. También ofrece una descripción de un discípulo. Aquí la tienen. “Hace muchos años discutimos e identificamos las cualidades o atributos de un discípulo misionero. No es una lista exhaustiva, pero puede resultarle útil a medida que comienza a discernir...Un discípulo misionero es: •alguien que tiene una relación personal con Jesús. •alguien que pueda compartir su fe y compartir lo que Dios ha hecho en su vida con otros. •alguien que esté abierto a los dones del Espíritu Santo. •alguien que tenga conocimiento y amor por las Escrituras: Un discípulo misionero no tiene que tener un título en teología de una universidad, ni tiene que inscribirse en cada clase de estudio bíblico. Sin embargo, en nuestra experiencia, cuando las personas cobran vida en su fe, la Palabra de Dios también cobra vida. Este tipo de persona está creciendo en su conocimiento y amor por las Escrituras. •alguien que conozca la teología católica básica: pienso en un hombre que conocí hace unos años y que no había asistido a la iglesia en más de treinta años. A las pocas semanas de su conversión en Alfa, comenzó a leer el Catecismo. Este hombre nunca había leído un libro en su vida y en unos meses leyó todo el Catecismo. Cuando las personas se enamoran de Jesús, demuestran un hambre de conocerlo y la riqueza de nuestra fe católica. Tienen sed de conocerlo y encontrarse con él. •alguien que trabaja por una vida de oración diaria: Queremos que las personas maduren en la oración y tengan una vida de oración diaria. •alguien que experimenta una verdadera comunidad cristiana: esto significa alguien involucrado en un pequeño grupo de algún tipo. La tarea de la renovación parroquial ha sido descrita como hacer que las personas pasen de sentarse en filas a sentarse en círculos, para que puedan experimentar una verdadera comunidad cristiana, en la que son responsables unos por otros. •alguien que demuestra un compromiso con la Eucaristía dominical semanal. •alguien que celebra el Sacramento de la Reconciliación con cierta regularidad. •alguien que puede orar espontáneamente en voz alta cuando se le pide sin sufrir un ataque cardíaco. •Alguien que ve su vida como un campo misionero: Un discípulo misionero se levanta de la cama todas las mañanas, hace esa ofrenda matutina y ve todo el día por delante lleno de oportunidades. La misión propia de los bautizados no es la vida dentro de la parroquia, sino la vida en el mundo. Ven su vida diaria, entre sus compañeros de trabajo, amigos, familiares y colegas, como su campo misional. •alguien que sirve en alguna capacidad dentro o fuera de la parroquia de acuerdo con sus dones”. (P.256 FF) Espero que, al responder la encuesta, esté abierto a lo que se pide y establezca un curso de desafío para el resto de la Cuaresma y en el futuro a medida que continuamos creciendo como discípulos. Paz, Padre Murray