This week, we bring the entire liturgical year to a close as we celebrate the Feast of Christ the King. This is an opportunity to reflect on what has happened this past year, and to ask ourselves how we have grown, as individual disciples, and as a parish.
Certainly, the pandemic has changed us and the Church, and as a community. Locally, we have had an entire 18 months of reacting to the challenges of the pandemic, and we have used this time as an opportunity to make necessary changes in how we worship, and how and when we celebrate. I’m grateful to say that we have been able to welcome new people into the Church through water and the Holy Spirit at baptism, and we have confirmed and given First Holy Communion to children and adults.
We have kept the model of Alpha, adapting it to be offered online for some of the sessions, and have continued to see new people join our parish as a result. We have expanded our method of catechesis for children across both language communities, to a model where whole households prepare for the sacraments together. The feedback has been positive, as some parents receive a refresher for themselves, and their children hear from them as witnesses to their faith.
We have added a new staff member working with the Hispanic members of our community, and soon (!!) will have a new music director. On the social and service side, we have added new Beta reflection groups, we have seen the participation of the youth group at the 11:30 Mass, and we have added a Knights of Columbus council. We look forward to continued growth in all these programs and areas of the parish.
This year also brought about opportunity (and necessity) for restoration and renovation of the churches. We have repainted the interior of both churches, done some outside landscaping, repaired the tower at St. James, and restored the bell at Immaculate. (Maybe you have heard it chiming away!) I am proud to say that we have been careful stewards of the resources we have to accomplish the three tasks I was given by the Cardinal when I was assigned here. I was to attempt to rebuild the community and evangelize, repair and restore the churches and other buildings, and try to retire the debt.
We still have a long way to go with all three challenges, but with God’s help, a lot of generosity, wise stewardship, a great staff, and keeping our eyes fixed on God, we have moved forward in all these areas. With complete trust in His presence in the Word, sacraments, and the community, we continue forward. As I said at the beginning, we celebrate that Jesus Christ is Lord. As this new liturgical year comes upon us, let us again begin to reflect, wait, and look to celebrate that God is with us, in all things, always. Come Lord Jesus!
Peace, Fr. Murray
Building news: Last week we had a steam leak in one of the radiators at St. James in the foyer. Luckily, out maintenance man Chad responded quickly and there was no other damage. We continue to try to bring the lighting project to a close, and are waiting for the company to return and replace the lights they put in some areas (foyer at IC and chapel) with brighter lights. The bells (I am writing this early and with optimism) are by now up and chiming. We will have Bishop Mark O’Connell here for the blessing of the memorial plaque. Thanks again to the generosity of many parishioners and particularly Anthony O’Donnell, who donated in memory of his father.Esta semana, ponemos fin al año litúrgico entero con la celebración de la fiesta de Cristo Rey. Es una oportunidad para reflexionar sobre lo que ha sucedido este último año, y preguntarnos cómo hemos crecido; tanto como discípulos individuales como parroquia. Ciertamente, la pandemia nos ha cambiado a nosotros y a la Iglesia, y nosotros como comunidad. A nivel local, hemos tenido dieciocho meses enteros para reaccionar a los desafíos de la pandemia, y hemos utilizado este tiempo como una oportunidad para hacer los cambios necesarios en la forma en que adoramos y cómo y cuándo celebramos.
Me complace decir que hemos podido acoger a nuevas personas en la Iglesia mediante el agua y el Espíritu Santo en el bautismo, y hemos confirmado y dado la Primera Comunión a niños y adultos. Hemos mantenido el modelo de Alpha, adaptándolo para que se ofrezca en línea para algunas de las sesiones, y hemos continuado a ver a nuevas personas unirse a nuestra parroquia como resultado. Hemos ampliado nuestro método de catequesis para niños en ambas comunidades lingüísticas, con un modelo en el que hogares enteros se preparan juntos para los sacramentos. La respuesta ha sido positiva, ya que algunos padres reciben un repaso para ellos mismos, y sus hijos escuchan de ellos como testigos de su fe.
Hemos añadido un nuevo miembro del personal que trabaja con los miembros hispanos de nuestra comunidad, ¡y pronto tendremos un nuevo director de música! En el aspecto social y de servicio, hemos añadido nuevos grupos de reflexión Beta, hemos visto la participación del grupo de jóvenes en la misa de las 11:30 y hemos añadido un consejo de Caballeros de Colón. Esperamos seguir creciendo en todos estos programas y áreas de la parroquia.
Este año también trajo consigo la oportunidad (y la necesidad) de restaurar y renovar las iglesias. Hemos pintado el interior de ambas iglesias, hemos hecho algo de jardinería exterior, hemos reparado la torre de St. James y hemos restaurado la campana de Inmaculada Concepción. (¡Quizá la hayan oído repicar!) Me enorgullece decir que hemos administrado cuidadosamente los recursos que tenemos para llevar a cabo las tres tareas que me encomendó el Cardenal cuando me asignó aquí. Debía intentar reconstruir la comunidad y evangelizar, reparar y restaurar las iglesias y otros edificios, e intentar saldar la deuda. Todavía tenemos un largo camino que recorrer con los tres desafíos, pero con la ayuda de Dios, mucha generosidad, una sabia administración, un gran personal y una mirada fija en Dios, hemos avanzado en todas estas áreas. Con total confianza en su presencia en la Palabra, los sacramentos y la comunidad, seguimos adelante.
Como dije al principio, celebramos que Jesucristo es el Señor. Y así es. Al llegar este nuevo año litúrgico, comencemos de nuevo a reflexionar, a esperar y a mirar para celebrar que Dios está con nosotros, en todas las cosas, siempre. ¡Ven Señor Jesús!
Paz, Padre Murray
Noticias del edificio: La semana pasada tuvimos una fuga de vapor en uno de los radiadores de St. James en el vestíbulo. Afortunadamente, nuestro hombre de mantenimiento Chad respondió rápidamente y no hubo ningún otro daño. Seguimos tratando de terminar el proyecto de iluminación, y estamos esperando que la compañía regrese y reemplace las luces que pusieron en algunas áreas (vestíbulo en IC y capilla) con luces más brillantes. Las campanas (escribo esto temprano y con optimismo) ya están funcionando y repicando. Tendremos al Obispo Mark O'Connell aquí para la bendición de la placa conmemorativa. Gracias de nuevo a la generosidad de los feligreses y, en particular, a Anthony O'Donnell, que hizo una donación en memoria de su padre.