These last few weeks the Sunday Gospels have been filled with passages from the Gospel of John’s chapter six, and this is one of the Church’s ways of asking us to reflect on the Eucharist. In the Documents of Vatican II (specifically, the document on Sacred Liturgy), it says, “the (Eucharistic) liturgy is to foster fully conscious, active participation in the Eucharist, ... which is the source and summit of our faith.”(SC II#14ff)
This means that there is more to our faith than just going to Mass; that by actively engaging in this sacred liturgy, we enter into the great mystery of God’s saving work by remembering what Christ did and what His life, death and resurrection mean to each of us. We see this in the answer that Jesus gave to the people last week when they asked, “Rabbi, when did you get here?” Jesus answered them by saying that they were looking for signs, but that the real search of our lives is the search for the living God. (Jn 6:24-35).
Two big words say really important things about the Eucharist. First, it is the source of our faith. One of the saving graces for me during this past year was the Eucharist. Although we had to take precautions, I could still celebrate the Mass in the chapel. As a result of that experience, I am still getting used to having people with me. I got very accustomed to celebrating in front of a single camera, and then much later in front of two or three people, and now thankfully with as many people as we can. Over and over I heard that people were longing for the Eucharist and I understand completely.
The Mass is also the summit of our faith, which means that we are the most Catholic when we are at Mass. It makes me sad that many people do not attend Mass for whatever reason, old or new. Hopefully for those of us who are able and willing to attend, it gives us the strength to share our faith or to invite someone to come and see what it is that God wants to share with them too.
As we slowly return to some type of normalcy and while making efforts to be careful in light of the newest strain (Delta variant), I hope that everyone will take the time to reflect deeply on what Jesus is saying in the Gospel. St. Augustine said that “Our hearts are restless until we rest in You.” When I think of all that we are doing in this parish, I hope it is evident that we are always pointing towards this; to share the in the life of Jesus Christ through the great gift of the Eucharist, the greatest gift of our faith.
Peace, Fr. Murray Building news: The company doing the work on the tower at St. James is moving along, and hope to move to the front of the church next week. It is taking much longer than they thought. The kitchen should be complete as of this writing, and the light project is 90% complete. The bell people were in on Wednesday to get some final measurements to see how they will support the bell while the bolts are out of it. I am pleased to announce that Anthony O’Donnell has donated the rest of the money needed for the repair and update of the bell in memory of his father Thomas. This will allow us to upgrade the electric system as well as care for the bell in the future. Estas últimas semanas los Evangelios dominicales se han llenado de pasajes del capítulo seis del Evangelio de Juan y es una de las formas de la Iglesia de pedirnos que reflexionemos sobre la Eucaristía. En los Documentos del Vaticano II, específicamente, el documento sobre la Sagrada Liturgia dice: “la liturgia (eucarística) debe fomentar la participación activa y plenamente consciente en la Eucaristía, ... que es la fuente y la cumbre de nuestra fe”. (SC II # 14ss)
Obviamente esto significa que hay más en nuestra fe que solo la Misa, pero que al asistir activamente a esta sagrada liturgia, entramos en el gran misterio de la obra salvífica de Dios recordando cada domingo lo que Cristo hizo y lo que su vida, muerte y resurrección significan para cada uno de nosotros. Es la respuesta que Jesús dio indirectamente a la gente la semana pasada cuando le preguntaron: “Rabí, ¿cuándo llegaste aquí?”. Jesús les respondió diciendo que buscaban señales, pero que la búsqueda real durante toda nuestra vida es la búsqueda del Dios vivo. (Jn 6, 24-35).
Dos grandes palabras sobre la Eucaristía dicen algo realmente importante. Primero, es la fuente de nuestra fe. Una de las gracias salvadoras para mí durante este último año fue la Eucaristía. Aunque teníamos que tomar precauciones, aún podía celebrar la misa en la capilla. Como resultado de esa experiencia, todavía estoy tratando de acostumbrarme a tener gente a mi alrededor. Por muchos meses tuve que celebrar frente a una sola cámara; y luego, mucho más tarde, frente a dos o tres personas y ahora, afortunadamente, con tanta gente como podamos. Una y otra vez escuché que la gente anhelaba la Eucaristía y lo comprendo completamente.
La Misa es también la cumbre de nuestra fe, lo que significa que somos más católicos cuando estamos en Misa. Me entristece que muchas personas no asistan a Misa por cualquier motivo, antiguo o nuevo. Con suerte para nosotros, nos da la fuerza para compartir nuestra fe o para invitar a alguien a que venga y vea qué es lo que Dios quiere compartir con ellos también.
A medida que regresamos lentamente a algún tipo de normalidad y mientras nos esforzamos por tener cuidado ante la nueva cepa (variante Delta), espero que todos se tomen el tiempo para reflexionar profundamente sobre lo que Jesús está diciendo en el Evangelio. Es lo que quiso decir San Agustín cuando expresó que, “Nuestros corazones están inquietos hasta que descansemos en Ti” (Las Confesiones de San Agustín). Cuando pienso en todo lo que hacemos en esta parroquia, espero que sea evidente que siempre estamos apuntando hacia esto, a compartir el conocimiento de Jesucristo a través del gran don de la Eucaristía, el mayor don de nuestra fe.
Paz, Padre Murray
Noticias del edificio: La empresa que realiza el trabajo de pintura está avanzando y espera llegar a trabajar en el frente de la iglesia la próxima semana. Está tardando mucho más de lo que pensaban. La cocina debe estar lista mientras escribo este mensaje y el proyecto de iluminación está completo en un 90%. La gente de la campana estuvo el miércoles para tomar algunas medidas finales para ver cómo sostendrán la campana mientras los pernos están todavía fuera de ella. Me complace anunciar que Anthony O'Donnell ha donado el resto del dinero necesario para la reparación y actualización en memoria de su padre Thomas. Esto nos permitirá actualizar el sistema eléctrico y cuidar la campana en el futuro.