Happy Easter! This Sunday we celebrate the Good Shepherd and His Divine Mercy. Before we go any further, I want to thank the staff, the musicians, the leadership team, the volunteers, and all those who attended the Triduum. It was memorable because in the midst of the rain and cold, there was the bright shiny reality of Easter. The Triduum was holy this year because people prepared, attended, and entered the moment. I have been a priest for 31 years and cannot recall anything quite like processing among cars with the Eucharist in a church parking lot.
On Good Friday, as wonderful (and, I admit, cold) as it was, it gave us a glimpse of the suffering of God on that fateful day. His pain was not about showing God’s strength, but rather His continued love for us, despite our sins, to his death on the cross. The Vigil and Easter Sunday Masses were beautiful and joyful celebrations of Jesus’ triumph over that very death, and death itself.
We know that even Easter Sunday is not the end of the greatest story ever told. In this weekend’s readings, we continue to see the power of the risen Lord and the effect it had on the world. The first reading from the Book of Acts reminds us that Jesus’ resurrection changed the lives of the early Christians in numerous ways. They were no longer focused on themselves; rather, they looked and saw each member of the community as worthy of care and love. Their efforts began to affect the lives of those around them and allowed them to live simply, reflecting their new values.
This is the Divine Mercy that we celebrate this week. St. Faustina’s prayer can be ours too. “Help me Lord, that my eyes may be merciful, so that I may never suspect or judge from appearances but look for what is beautiful in my neighbors’ souls and come to their rescue.” This quote sounds challenging, but they are also the words of Isaiah, Ezekiel, Jesus, and the lived experience of the early church. St. Lawrence, on the day before he was martyred, was ordered to bring all the treasures of the Church to the emperor of Rome. He spent the night rounding up the wounded, the sick, the poor, and the disenfranchised. It probably was not what the emperor had in mind (he was thinking the gold and silver used to support these people), but it certainly is what Jesus instructed. This was Divine Mercy at work, and it is our call too.
Peace, Fr. Murray
Building news: We continue to finish older projects and have some new projects. The kitchen at St. James is getting a new exhaust hood, which includes a fire suppression system and a new refrigerator this week. I am grateful to a lifelong friend of mine for donating the money for the hood. Other friends donated the new stove and the refrigerator, so I am expecting to treat them all to a dinner when it is safe to gather. The tower work will start up soon. Unfortunately, the wood around the windows is so deteriorated that much of it will need to be removed, rebuilt, and then painted to match. We had some repairs and painting done to the walls at St. James and Immaculate. New cost-effective lighting will be put in both churches. Also, more will be done to repair the outside of both churches. I am grateful to those who have come forward to share their treasure for specific projects and for those who have left sums of money in bequests. As mentioned above, it is a way to care for one another now and into the future. ¡Feliz Pascua de Resurrección! Este domingo de inmediato comenzamos a apreciar, a través de las lecturas, al Buen Pastor y su Divina Misericordia. Antes de continuar, quiero agradecer al personal, los músicos, el equipo de liderazgo, los voluntarios y todos los que asistieron al Triduo. Fue memorable porque en medio de la lluvia y el frío, estaba la brillante realidad de la Pascua. El Triduo fue sagrado este año porque la gente se preparó, asistió y entró en el momento. Soy sacerdote desde hace 31 años y no puedo recordar, ni espero volver a caminar en procesión entre autos con la Eucaristía.
El Viernes Santo, tan maravilloso (y lo admito frío) como fue, nos permitió comprender el sufrimiento de Dios. No se trataba de mostrar la fuerza de Dios, sino su continuo amor por nosotros a pesar de nuestros pecados, que causaron la muerte terrenal de Su Hijo.
Sabemos que este no es el final de la mejor historia jamás contada. En las lecturas de este fin de semana, continuamos viendo el poder del Señor resucitado y el efecto que tuvo en el mundo. La primera lectura del Libro de los Hechos nos recuerda que la resurrección de Jesús cambió, de muchas maneras, la vida de los primeros cristianos. Ya no estaban enfocados en sí mismos, sino que miraban y veían a cada miembro de la comunidad como digno de cuidado y amor. Sus esfuerzos comenzaron a afectar la vi da de quienes los rodeaban y les permitió ser personas que vivían con suficientes razones para estar vivos.
Esta es la Divina Misericordia que celebramos esta semana. La oración de santa Faustina también puede ser la nuestra. "Ayúdame Señor, que mis ojos sean misericordiosos, para que nunca sospeche ni juzgue por las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y venga a rescatarlo". Esta cita suena desafiante, pero realmente son las palabras de Isaías, Ezequiel, Jesús y la experiencia vivida de la iglesia primitiva. A San Lorenzo, el día antes de ser martirizado, se le pidió que trajera todos los tesoros de la iglesia al emperador de Roma. Pasó la no che reuniendo a los heridos, los enfermos, los pobres y los margina dos. Probablemente no era lo que el emperador tenía en mente (estaba pensando en el oro y la plata que se usaban para sostener a estas personas), pero ciertamente es lo que Jesús instruyó.
Esta fue la Divina Misericordia en acción, y también es nuestro llamado.
Paz, Padre Murray
Construyendo noticias: Seguimos terminando proyectos más antiguos y tenemos algunos proyectos nuevos. La cocina de St. James recibirá esta semana una nueva campana extractora, que incluye un sistema de extinción de incendios y un nuevo refrigerador. Estoy agradecido con un amigo mío de toda la vida por donar el dinero para la campana. Otros amigos donaron la nueva estufa y el refrigerador, así que es pero invitarlos a cenar cuando sea seguro reunirse.
Las obras de la torre comenzarán pronto. Desafortunadamente, la madera alrededor de las ventanas está tan deteriorada que mucha de ella deberá ser removida, reconstruida y luego pintada para que coincida. Hicimos algunas reparaciones y pin tura en las paredes de St. James e Inmaculada. Se instalará nueva iluminación rentable en ambas iglesias. Además, se hará más para reparar el exterior de ambas iglesias. Agradezco a quienes se han acercado a compartir su te soro para proyectos específicos y a quienes han dejado sumas de dinero en legados. Como se mencionó anteriormente, es una forma de cui darnos unos a otros, ahora y en el futuro.